LA DIVINA COMEDIA

 LA DIVINA COMEDIA 


                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          ¡Prepárense para un tour guiado por la **Divina Comedia**, ese relato medieval tan glorioso que Dante Alighieri escribió, donde básicamente nos invita a pasear por el infierno, el purgatorio y el paraíso, como si estuviéramos en Disney pero con menos Mickey Mouse y más pecadores hervidos en salsa de azufre!


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### **Infierno: o el lugar donde el aire acondicionado es un lujo.**


Todo empieza con Dante, nuestro protagonista, perdido en un **bosque oscuro**. No era el bosque de los Pitufos, ni uno de esos senderos bucólicos donde se respira aire fresco. No, no, este bosque es de esos que te hacen pensar: “¿Por qué no tomé mejor el tren?”. Está tan perdido como cuando intentas encontrar la salida de un Ikea. ¡Pura confusión!


De repente, aparece Virgilio, que podríamos describir como el **Google Maps humano** de la época, un poeta clásico que Dante, nuestro muchacho, admira profundamente. Virgilio le dice algo así como: “Bro, te veo perdido, ¿qué tal si te llevo de paseo por el infierno? Es súper chido”. Y Dante, como quien acepta el tour sin leer la letra pequeña del contrato, dice: “¡De acuerdo!”.


Y así empieza el desfile de horrores más estilo película de terror que nunca pidió secuela. Porque, a ver, el **infierno de Dante** es lo más parecido a un *reality show* de castigos eternos. Hay más drama aquí que en un capítulo de *Keeping Up with the Kardashians*. Imagínate un lugar dividido en círculos, cada uno reservado para pecadores específicos. Es como un buffet de sufrimiento: “Pecadores a la parrilla” por aquí, “Lujuriosos a la brasa” por allá, y si sigues, ¡te llevas un postre de traidores bien congelados!


Uno de los momentos estelares es cuando Dante y Virgilio llegan a la sección VIP del infierno: el **Círculo de los Lujuriosos**. Aquí tenemos a **Cleopatra**, **Tristán**, y otras figuras de la farándula histórica flotando en un torbellino de viento. Porque, claro, ¿qué mejor castigo para los que se dejaron llevar por la pasión que ser lanzados por el aire como cometas? “Ay, te amo pero me lleva el viento, literalmente”.


Pero el punto álgido del recorrido lo encontramos en el último círculo, **el de los traidores**, donde **Satán** en persona está comiéndose a **Judas** y a un par de traidores romanos como si fueran unos bocadillos de medianoche. Pero ojo, que Satán no es ese guapetón carismático que te imaginas con su sonrisa pícara. No, aquí lo pintan como un **yetazo gigante** que, en lugar de mojar galletas en leche, ¡moja almas en odio congelado!


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### **Purgatorio: el lugar donde te haces fila hasta para respirar.** 


                                                              !NO TE RINDAS!                                                                          

¡Ya! Después de tanta lava y castigo, Virgilio le dice a Dante: “¿Qué tal si cambiamos de aires?”. Y de pronto, ¡pum!, están en el **Purgatorio**. Si el infierno era como un *reality* de castigo, el purgatorio es como una sala de espera en la oficina de trámites más burocrática que puedas imaginar. Aquí están las almas de aquellos que, aunque la regaron en vida, todavía tienen chance de ir al paraíso si se portan bien en la fila.


El purgatorio es básicamente una montaña a la que hay que subir a pie, porque al parecer no había ascensores ni teleféricos espirituales. Así que, además de limpiar sus pecados, estas pobres almas también están haciendo piernas y glúteos mientras suben. O sea, es el gimnasio celestial: ¡pecadores, pero fitness!


Dante y Virgilio suben la montaña mientras ven a los pecadores purificarse. Aquí no hay torturas, pero sí hay retos. Los **perezosos** tienen que correr, los **envidiosos** se llevan una especie de pañuelo de plomo en los ojos (como para que aprendan a dejar de mirar con malos ojos, literalmente), y los **orgullosos** caminan con una especie de piedra gigante en la espalda, porque claro, no hay nada que cure el ego como un buen chaleco de lastre.


A lo largo del recorrido, Dante va aprendiendo cosas, pero sobre todo se cansa mucho, porque esto de la purificación espiritual es más duro que una clase de *spinning* a las 6 de la mañana.


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### **Paraíso: el lugar con vistas al mar y aire acondicionado celestial.** 



Finalmente, Dante llega al **Paraíso**, que es como cuando después de una larga jornada de trabajo llegas a casa, te pones el pijama y todo es paz y tranquilidad. Aquí, las almas están más felices que un perro con dos colas, flotando en paz y amor. Virgilio, que no tiene pase VIP al paraíso, se despide. ¿Y quién toma el relevo como guía de Dante? **Beatriz**, el gran amor platónico de Dante, que al parecer ahora se dedica a dar tours por las esferas celestiales. ¡Menudo ascenso profesional!


El paraíso está dividido en esferas, como si fueran capas de una cebolla cósmica. Las almas van flotando alrededor de Dios según su nivel de amor y pureza. Lo más divertido es que todo el mundo aquí parece tener un **bronceado de luz celestial**. O sea, si pensabas que en la Tierra los filtros de Instagram eran potentes, ¡espérate a ver estos ángeles iluminados! Aquí todo el mundo brilla como un sol de mediodía.


Beatriz lleva a Dante por todas las esferas, donde se encuentra con santos, sabios y personajes históricos que están en el paraíso porque hicieron cosas buenas en vida, como dar de comer a los hambrientos o ser almas puras sin una sola mancha de malicia (lo cual parece bastante difícil si me preguntas).


Pero el gran momento llega cuando Dante finalmente tiene una **reunión con Dios**. Y, por supuesto, no es una charla casual en plan: “Oye, Dios, ¿cómo van las cosas?”. No, aquí Dante es cegado por la pura luz divina. Es como cuando ves directamente al sol en un día despejado, pero sin gafas de sol. ¡Pum! Ahí termina todo: Dante iluminado, tocado por la gracia divina, un tipo completamente nuevo, listo para escribir esta locura de libro.


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### **Reflexión final (o lo más parecido a una moraleja que puedo ofrecerte).**


¿Qué podemos aprender de la **Divina Comedia**? Bueno, que perderse en el bosque sin cobertura telefónica es mala idea, que los tours por el infierno deberían incluir un seguro de viaje, y que si vas a estar en el purgatorio, ¡mejor llévate calzado cómodo! También aprendemos que la redención es posible, pero lleva tiempo, esfuerzo, y posiblemente una guía espiritual tan buena como Beatriz, aunque si puedes conseguir una guía turística humana como Virgilio, tampoco está mal.


Dante nos cuenta todo esto con una pluma poética que haría llorar de envidia a cualquier poeta moderno, y al mismo tiempo nos deja claro que, aunque el infierno es aterrador, el paraíso suena como un *resort* todo incluido con las mejores vistas del universo.


Así que, si algún día te sientes perdido, piensa en Dante. Él sobrevivió al infierno, subió el purgatorio y flotó en el paraíso. ¡Y todo sin un buen par de zapatos de trekking! Eso sí, después de tanto viaje, tal vez te plantees si realmente quieres seguir sus pasos o mejor te quedas leyendo la guía desde la comodidad de tu sillón.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            ----------------------------------------------                                                                                                                                                                                                                         Dante frente a la vida moderna:                                                                                                                                                                                                                                                                       Imagínate que Dante Alighieri, en lugar de perderse en un oscuro bosque medieval, se pierde en un **centro comercial un sábado por la tarde**, con todas las tiendas abarrotadas de gente. Va buscando la salida (o al menos un Starbucks), pero en su lugar, aparece su fiel guía, **Virgilio**, que ahora es una especie de **asistente de Google con túnica**. “Dante, amigo, ¿qué tal un recorrido por los horrores modernos?”, le dice, mientras Dante, confundido, acepta sin mucho entusiasmo.


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### **El Infierno: el paraíso de las colas eternas.** 



Primera parada: el **Infierno**, que hoy en día es básicamente una gigantesca oficina de trámites gubernamentales. Aquí los pecadores están condenados a hacer fila para siempre, pero nunca avanzan. ¡Es peor que intentar renovar el pasaporte en agosto! El **Círculo de los Glotones**, por ejemplo, es un **buffet libre** en el que todo parece delicioso, pero cada vez que intentas morder un trozo de pizza, ¡se te cae al suelo! En el círculo de los **adictos a las redes sociales**, los pecadores están atrapados con un WiFi que nunca carga bien, obligados a ver cómo la rueda de carga gira… y gira… eternamente.


El drama total llega en el **Círculo de los Lujuriosos**, que hoy en día es como una discoteca con reguetón a todo volumen, pero donde nadie puede ligar. ¡Qué frustración! Aquí, Cleopatra y sus amigos se ven condenados a hacerle “swipe” a perfiles de Tinder que no coinciden nunca, mientras flotan en un torbellino de rechazos.


Dante está horrorizado y pregunta a Virgilio: “¿Esto es el infierno?”. Y Virgilio, encogiéndose de hombros, responde: “Sí, pero con menos lava y más frustración digital”.


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### **El Purgatorio: la escalera eléctrica al cielo (pero averiada).**


Después de tanto sufrimiento, nuestros héroes llegan al **Purgatorio**, que hoy es un gigantesco **centro de atención al cliente**. Aquí las almas esperan su turno para ser atendidas, mientras una musiquita de ascensor suena de fondo. Los pecadores están condenados a rellenar infinitos formularios y pulsar botones de “Acepto” sin fin. Es como intentar cancelar una suscripción de Spotify, pero ¡por toda la eternidad!


Aquí los **perezosos** tienen que caminar en una **cinta de correr** sin fin, y los **orgullosos** están atrapados en una **rueda de hamster gigante**, mientras sus selfies de Instagram reciben cero likes. Los envidiosos, por otro lado, tienen que observar cómo los demás suben mientras ellos quedan atrapados en la escalera mecánica, que se avería cada cinco minutos.


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### **El Paraíso: donde las nubes tienen WiFi.**


Finalmente, Dante llega al **Paraíso**, que hoy en día parece un **resort de lujo** con **WiFi ilimitado** y todos los canales de streaming que puedas imaginar. Aquí, las almas flotan en paz, todas con gafas de sol y un cóctel en la mano. Beatriz aparece, ahora con un atuendo moderno de guía turística, y le da un recorrido rápido por las nubes VIP. “Aquí arriba todo es relajado, Dante. Netflix sin interrupciones, buena comida, y si miras a tu izquierda, tenemos el mejor brunch celestial”.


Dante, finalmente, está en paz. “Esto es el paraíso”, murmura con una sonrisa, mientras se acomoda en una nube reclinable.


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### **Moraleja (o algo así):**


Así que, si alguna vez te pierdes en un centro comercial o te quedas atrapado en la cola del supermercado, recuerda que podrías estar en tu propia versión moderna de la **Divina Comedia**. ¡No hay que perder el sentido del humor en esta vida o en la otra!

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